Este es el objetivo

Muletillas. Modas. Lugares comunes. Perífrasis. Expresiones hechas que introducen el texto. De todo tenemos que echar mano los periodistas para hacer un texto atractivo. Que si “luz verde” a un proyecto gubernamental, que si la asociación X “apuesta” por (todos apuestan por algo) o si el presidente del Gobierno disfruta de unas “merecidas vacaciones”.

Personalmente no estoy en contra de las muletillas. Ayudan, introducen y son útiles a la hora de hilvanar conceptos cuando queremos ser rápidos e informativos. El problema es cuando se repiten hasta la náusea. Cuando el observador las detecta en casi todas las piezas informativas, cuando se hacen espesas, irritantes. Cuando causan náusea.

En los últimos años se ha puesto de moda la expresión “Este es el objetivo”. Se utiliza para reforzar el valor o explicar la afirmación anterior que presenta cargada de fuerza, o para sorprender al lector o al espectador. Como muestra, algunos ejemplos.

“España ganará el próximo mundial de fútbol (pausa con trampa) Este es el objetivo de su capitán, que ha declarado que bla bla bla”

“Que el crédito llegue a las pymes (pausa y arqueo de ceja) Este es el objetivo del Gobierno que hoy ha presentado la nueva estrategia bla bla bla”

Esta construcción tiene desde luego más fuerza que la clásica “El objetivo del Gobierno es que las pymes bla bla bla” y cuando se utiliza de forma puntual, llama la atención y puede sacarnos del sopor de sobremesa. Pero el problema es que de utilizada se ha convertido en manida y de manida, en gastada.

Así que cada vez que escucho “este el objetivo” me pregunto si el objetivo del periodista no debería de ser cultivar un poco mas su imaginación, leer un poquito más “y en definitiva” (una muletilla de la que ” me confieso culpable”), hacérselo ver.