Mis diez libros favoritos de 2019

El otro día leí un comentario interesante en Twitter. “¿Resulta descabellado leer una media de cincuenta libros al año?” El autor sostenía que esa era la cifra que cualquiera debería de leer para cualquier persona que quisiera llamarse a sí mismo periodista. El problema para mí es que no entraba en el fondo de la cuestión ni en el debate de calidad vs cantidad…pero ¿quién puede hacerlo en Twitter de forma coherente?

Si algo sirvió su tweet desde luego ha sido para revisar lo que ha sido mi año. Mis 28 libros leídos se quedan bastante lejos de su recomendación, pero en mi descargo diré que algunos eran realmente largos 😛 Dicho lo cual, de todo lo leído en 2019, diez son los que por uno u otro motivo os quiero recomendar.

“4, 3, 2, 1” (Paul Auster)

Llevaba unos años peleado con Paul Auster. Aunque seguía leyendo sus novelas, últimamente me costaba volver a encontrarme con el genio de “El libro de las ilusiones” o “La trilogía de Nueva York”.  Lo reencontré y ¡de qué manera! en su última novela. “4, 3, 2, 1”  se presenta como una matrioska, con cuatro historias que contienen las unas a las otras, pero que en realidad, se narran como una sola.

En su interior, el repaso que hace Auster sobre los acontecimientos que han marcado la historia de la segunda mitad del siglo XX en Estados Unidos en la voz de un Ferguson tan pegado a la realidad que tiene que vivirla cuatro veces.

“El molinero aullador” (Arto Paasilinna)

Arto Paasilinna no se encuentra entre los autores más conocidos de España, lo cual no deja de ser una de esas injusticias que habría que corregir ya. Muy popular en cambio en los países nórdicos, Paasilinna destaca por dos cosas: su gran sentido del humor y su capacidad para construir personajes excéntricos, siempre al límite de lo posible.

En el mismo título de “El molinero aullador” se revela el misterio: el de un molinero que se ve obligado a aullar por las noches, lo que le provoca no pocas desgracias. El libro se lee prácticamente de un tirón y es de esas novelas que te obligan a parar cada poco tiempo para soltar una pequeña carcajada.

“El tambor de hojalata” (Günter Grass)

Una de las cosas que hacen geniales a los libros es que a diferencia del resto de productos, su compra no tiene porqué equivaler a un próximo consumo. El libro no tiene fecha de caducidad, ni (casi nunca) obsolescencia programada. Puedes comprar un libro hoy y no leerlo hasta dentro de unos años. Décadas en este caso.

Y es que cuando encargué “El tambor de hojalata” al tristemente desaparecido “Círculo de lectores” no sospechaba que tras un primer e infructuoso intento de lectura hace 20 años (creo que no pasé de las primeras 30 páginas), no solo lo retomaría dos décadas más tarde, sino que se convertiría en la mejor de las sorpresas.

Acompañar al pequeño Óscar, el niño vitricida que no quería crecer ha sido una de las mejores aventuras de este año y aunque es cierto que partes del libro tienen un consumo muy local, probablemente la novela más vendida de Günter Grass se encuentre entre lo mejor que se ha escrito en el siglo XX.

“La desaparición de Stephanie Mailer” (Joël Dicker)

Ningún verano sin best-seller. Esa es mi norma desde hace unos años… y es que esos días de playa son perfectos para esas novelas que olvidas a la hora de terminarlas pero que te hacen pasar un buen rato.

En esta categoría brilla desde hace algún tiempo Joël Dicker, escritor suizo que como ocurre tantas veces, ha ido de más a menos. Y es que tras “La verdad sobre el caso Harry Quebert”, una de las mejores novelas policiacas de los últimos años (la serie que se hizo sobre el libro, sin ser una maravilla, también se deja ver) y una más que digna “El libro de los Baltimore”, con “La desaparición de Stephanie Mailer” nos encontramos con la que probablemente sea su obra más floja, sin que esto signifique que no sea perfecta para ese enganche de libro que se lee muy rápido que todos queremos de vez en cuando.

Una historia a la que se le ven las costuras de lejos sí, pero que demuestra también que Dicker conoce su oficio y sabe como no perder al lector.

“Manual para señoras de limpieza” (Lucia Berlin)

Hay algo mágico en esos libros que siempre han estado ahí, congelados en el fondo de armario de una editorial y que de repente se lanzan alcanzando el estrellato. Es el caso de los relatos de Lucia Berlin. De los que tan bien ha sabido explotar Alfaguara en este “Manual para señoras de limpieza” y de los que ha publicado después en “Bienvenida a casa”, convirtiéndola en la sensación literaria del momento…diez años después de su muerte.

Pero como suele decirse, nunca es tarde si la dicha es buena…y si no que se lo digan a la madre de John Kennedy Toole. En el caso de Berlin, lo que nos entrega son auténticos bocados de verdad, de supervivencia, de vida en las peores y las mejores condiciones.

En un mundo cada vez más infantilizado y en el que no eres nadie si no has visto la última story del último y olvidable influencer de Instagram, los cuentos de Berlin son cada vez más necesarios.

“Enterrad a los muertos” (Louise Penny)

Si quieres comenzar el 2020 con una buena novela negra, que sea “Enterrad a los muertos” de Louise Penny. La autora canadiense lleva años demostrando ser una auténtica maestra del género a la vez que consigue que queramos juntar nuestros ahorros para pasar una buena temporada visitando su país natal.

Porque sí, “Enterrad a los muertos” es una novela policial “clásica”, pero a la vez es una investigación sobre los orígenes y la historia de Québec, esa comunidad francófona que nunca ha conseguido encontrarse realmente a sus anchas en Canadá…y en la que aunque todo parezca hacerse de forma exquisita y civilizada, basta rascar la superficie para descubrir que, efectivamente, hay resquemor de sobra.

Novecento (Alessandro Baricco)

Todos tenemos autores fetiches. Escritores que compramos casi a ciegas. Para mí, uno de los mejores es Alessandro Baricco. Del italiano ha caído este año en mis manos “Novecento”, una novela corta, pensada para interpretarse como monólogo teatral, en la que Baricco nos cuenta la historia de Lemon, abandonado al nacer en el camarote de un transatlántico, adoptado por la tripulación y dotado con un talento descomunal para el piano y el jazz.

Cualquier cosa más que cuente de este pequeño gran libro sería entrar de lleno en el mundo spoiler  algo que estoy seguro, no me íbais a poder perdonar. No os va a llevar más de una tarde leer “Novecento”, pero no la vais a poder olvidar.

A finales de enero (Javier Padilla)

Esta es la historia de amor más triste de la transición, una que cuenta la tragedia de Lola, quien perdió en pocos años a Enrique Ruano, defenestrado por la policía franquista en un crimen sobre el que no se hizo luz hasta que pasaron muchos años, y a Javier Sauquillo, asesinado junto a sus compañeros en el despacho de los abogados laboralistas de Atocha.

Es además una historia sobre el tardío franquismo, sobre los movimientos estudiantiles de “la resistencia” y el papel que jugó la universidad y el mundo obrero para acelerar los estertores de un régimen que agonizaba.

Tiene mucho de pedagógico y en ocasiones puede ser demasiado “intenso” a la hora de introducirse en las distintas facciones que rivalizaban dentro y fuera del PCE, pero a la vez, muestra que la transición fue de todo menos ese periodo ejemplar y feliz que muchos se han empeñado en vender.

Los hermanos Karamazov ( Fiódor Dostoyevski)

No os voy a engañar. Las casi 1.600 páginas de “Los hermanos Karamazov” no son para todos. Inmenso e intenso en ocasiones, disperso y vago en otras, el clásico ruso es hijo de su tiempo y como tal hay que entenderlo. Frente a la mucho más sencilla “Crimen y castigo”, “Los hermanos Karamazov” no solo es una novela extensísima, sino un ejercicio filosófico y espiritual sobre el bien y el mal, pero también sobre Dios y el papel de la fe.

¿Me he saltado alguna página al leerlo? Culpable. ¿He querido dejarlo en más de una ocasión? Culpable. ¿Me he emocionado? Muchas veces. ¿Me ha parecido maravilloso? Me lo ha parecido. Si queréis poneros un reto de lectura este año, la última y para muchos la mejor de Dostoyevski es sin lugar a dudas, una buena piedra de toque.

Serie completa “Un hombre en pijama” (Paco Roca)

Muchos conoceréis a Paco Roca por su multipremiado comic “Arrugas”.  Pero además de publicar otros comics maravillosos, como “Las calles de arena”, durante unos años publicó regularmente en “El País” las aventuras de su alter ego, ese “hombre en pijama” que reflexionaba sobre la vida y su profesión desde “casa”.

Las tiras tuvieron tanto éxito que fueron recogidas en tres volúmenes: “Confesiones de un hombre en pijama”, “Andanzas de un hombre en pijama” y “Memorias de un hombre en pijama”. No solamente resultan tremendamente divertidas, sino que en más de una ocasión es probable que os reconozcáis en ellas.

 

 

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Published by Rudy de Juana

Periodista, escritor, geek y aficionado al jazz. Profesionalmente me encontrarás en MuyComputerPro y MuySeguridad. De mis nuevos proyectos te hablo en rodolfodejuana.com

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