We can’t go on together, With suspicious minds (suspicious minds) And we can’t build our dreams..On suspicious minds (Elvis Presley)
Uno de los primeros recuerdos musicales de mi infancia empieza en la planta de discos de “El Corte Inglés”. Estoy con mi abuela, paseando entre los expositores de cassettes y vinilos. “Elige la cinta que quieras, yo te la compro” me dice de repente, dejándome turulato.
En el siguiente recuerdo estamos los dos en la caja, esperando nuestro turno para pagar. Sobre el fondo bermellón de la cinta, destaca en blanco y negro la foto de Elvis Presley. “Sus grandes éxitos”.
No recuerdo cuantas veces he escuchado esa cinta desde entonces. Muchas. Muchísimas. Tampoco recuerdo cuando la perdí. Tal vez cuando en casa compramos el primer reproductor de CD. Tal vez más tarde. Lo que sí recuerdo es que años después de comprar esa cinta, descubrí de verdad uno de sus grandes éxitos: Suspicious Minds.
“Suspicious Minds” es el último número 1 de Elvis. Gordo, medio alcoholizado y aburrido como atracción permanente de Las Vegas, el “Rey del Rock” grabó en 1969 probablemente su mejor tema. Parte del éxito se lo debe sin embargo a Mark James, cantante y letrista que ya había colaborado con Presley en “Always in my mind”.
Escrita un año antes, “Suspicious Minds” es en realidad una confesión de culpabilidad. La que el propio James sentía al estar casado, pero no poder parar de pensar en su primer amor, que a su vez estaba casada con otro hombre. James sospechaba que de alguna forma su amor seguía siendo correspondido, pero se sentía atrapado en una situación de la que no podía escapar.
Fue el propio James el que grabó el tema por primera vez. Sin embargo la falta de promoción de su casa discográfica consiguió que la canción naciese prácticamente muerta. Así que cuando un año después los agentes de Elvis le preguntaron si tenía alguna canción nueva que pudiera funcionar para el recopilatorio“From Elvis in Memphis”, no se lo pensó y vendió los derechos de autor.
La canción fue grabada el 23 de enero de 1969 entre las 4 y las 7 de la madrugada después de una tremenda juerga y las malas lenguas dicen que durante la grabación, Elvis tuvo más problemas de los habituales. De hecho, para la producción de una primera versión, se emplearon más de ocho horas.
Cuando al día siguiente James la escuchó por primera vez (no había estado presente durante la grabación pero como deferencia había sido invitado a la sesión de post-producción) dijo con disgusto que era “demasiado lenta”. Tras los arreglos finales se enfadó aún más, acusando a Elvis de haberla “destrozado por completo” y augurando un completo fracaso.
“Suspicious Minds” se convirtió en un éxito inmediato. Mark James y Elvis Presley no volvieron a dirigirse la palabra.