Diez cosas que te sorprenderán cuando vayas a Tailandia

Algo me ha debido pasar en Tailandia, cuando después de estar casi un año sin actualizar este blog vuelvo a poner las manos sobre el teclado. En primer lugar os diré que si no habéis estado, es un país absolutamente recomendable, precioso y fácil de visitar.

Por otro lado, si bien la influencia occidental empieza a hacer de las suyas, sigue manteniendo espacios y cosas realmente auténticas, curiosas y dignas de contar. De esto último va este post (para guía os recomiendo como siempre Lonely Travel), de diez cosas realmente curiosas que os pueden sorprender si decidís visitar este estupendo país asiático.

No te preocupes por tu nivel de inglés. El tuyo es mucho mejor que el suyo. 

El tailandés medio no sabe hablar inglés. O al menos no más que un español medio que haya terminado la ESO. Y no es que no sepan hablar en inglés en “la calle”, sino que en muchos hoteles, restaurantes y otros establecimientos habituados a tratar con turistas, lo hablan de una forma muy rudimentaria.

En ocasiones esta falta de comunicación puede dar a situaciones muy divertidas, pero muchas veces puede ser frustrante. Sobre todo porque a veces dan a entender que nos han comprendido (no nos dejarán de sonreír) pero en realidad o no han entendido nada, o lo han entendido al revés.

Algo tan sencillo como decirle a un taxista que nos lleve a un sitio concreto entra de lleno en esta categoría, porque o bien es un sitio muy conocido (y muy turístico) o casi nunca entenderá donde queremos ir. Y no sirve mostrárselo en nuestra guía, ya que su alfabeto al ser diferente al nuestro, les resulta casi incomprensible de leer. ¿Solución? Pedirles su teléfono móvil e indicarles el recorrido que queremos hacer directamente en su propio GPS. Tal cual.

Coger un Tuk-Tuk en Bangkok es caro (si lo comparamos con un taxi) pero es la forma más divertida y rápida de desplazarse

El Tuk-Tuk es uno de los transportes que podemos utilizar en Tailandia. Básicamente es un motocarro, generalmente con una capacidad máxima de cuatro personas, a los mandos un “loco” de la carretera que nos llevará a toda velocidad por las calles de la ciudad.

El Tuk-Tuk es descubierto y algunos conductores pueden llegar a ser realmente temerarios, pero en general es una experiencia recomendable y francamente divertida. Dependiendo de la distancia, el precio de una carrera varía entre los 150 y los 300 Baths… lo cual aunque no llega a los 7 euros, es bastante más de lo que nos pedirá un taxista que tenga un taxímetro que funcione. En este caso podremos hacer una carrera equivalente por menos de 100 Baths.

Vas a comer muy bien (y tienen la mejor piña del mundo)

En Tailandia se come muy bien, pese a que no haya jamón ibérico. La comida thai es bastante variada y además de los clásicos noodles, ofrece distintos platos a base de pollo, cerdo, verduras o pescado. Aunque puede llegar a ser picante, ni mucho menos es tan picante como la comida india y por lo menos para mí, es bastante más sabrosa y refinada.

Por supuesto en Tailandia no todo es comida tailandesa. En cualquier ciudad encontraremos desde franquicias como Burger King, Starbuks o McDonalds, a restaurantes de cualquier lugar del mundo. Como curiosidad os diré que una de las mejores hamburguesas de mi vida me la he comido en Tailandia. El sitio por si queréis ir, se llama Stacked y está en la isla de Koh Samui.

Pero si queréis comer algo realmente bueno, no podéis dejar pasar la oportunidad de comer piña siempre que podáis y os lo dice alguien al que la piña… ni fu ni fa. En vez de ser paliduchas, las piñas tailandesas son de un amarillo intenso, realmente dulces y muy refrescantes. Desde ya se ha convertido en mi fruta favorita.

El masaje tailandés no es lo que crees y realmente merece la pena

En occidente estamos acostumbrados a que el masaje (no terapéutico) sea una experiencia relajante, a base de ungüentos, música chill-out de fondo y mucho “zen”. En Tailandia las cosas son algo diferentes. Por supuesto, podemos disfrutar de un masaje “a la occidental” pero sería una pena dejar el país sin probar un auténtico masaje thai.

En un masaje thai no se utilizan ningún tipo de ungüentos o cremas. Tendremos que desvestirnos, para a continuación ponernos un “pijama” ligero sobre el que nos aplicarán un masaje que más que relajar nuestros músculos (que también) tiene como objetivo realinear nuestro cuerpo, presionando puntos estratégicos.

Y para ello el profesional que nos toque se subirá por ejemplo de rodillas sobre nuestra espalda, tirará con fuerza de nuestros brazos o nos invitará a hacer todo tipo de torsiones que nos ayudarán a relajar la tensión que soportamos en distintas partes de nuestro cuerpo. ¿Duele? En principio no tiene que doler, sobre todo si estamos en buenas manos, pero desde luego es una experiencia intensa.

En la calle veremos todo tipo de establecimientos que ofrecen masajes por poco dinero (normalmente unos diez euros). No digo que no sea recomendable acudir a estos establecimientos (de hecho fuimos a uno y salimos bastante contentos) pero poco tienen que ver con los más “serios”, donde un verdadero masaje tailandés puede costarnos  entre 30 y 50 euros.

Taxis colectivos – la mejor forma de desplazarse en las ciudades pequeñas

Fuera de Bangkok y especialmente en ciudades como Chiang Mai, Chiang Rai o en las islas, la forma más práctica y económica de desplazarse es utilizar una suerte de taxis colectivos que nos llevarán más o menos donde queremos ir.

Con unas rutas más o menos fijas (suelen recorrer las principales arterias de la ciudad) estos taxis son en realidad furgonetas pick up más o menos limpias con capacidad para transportar de forma simultánea a unas 10 personas. Para pararlas basta hacer un pequeño gesto y a continuación indicar al conductor dónde queremos ir.

Si le viene bien (dependerá en buena medida del destino de los pasajeros que ya tiene a bordo) nos invitará a negociar el precio. Si no, deberemos esperar a la siguiente que en cualquier caso, no tardará demasiado en aparecer.

Dentro de la furgoneta podremos pulsar un botón para “solicitar nuestra parada” si bien en nuestro caso particular nunca hemos tenido que hacerlo ya que el conductor siempre se ha “acordado” de nuestro destino. Para un trayecto corto-medio un precio justo ronda sobre los 50-60 Baths por persona.

El agua del mar puede “picar”

El golfo de Tailandia acoge un mar de aguas cálidas, a veces tan cálidas como una buena ducha mañanera. La temperatura ideal para que esos molestos seres que responden al nombre de medusas, se sientan atraídas por sus costas y playas.

Así que bañarse en la la mayoría de playas del país se convierte en una suerte de ruleta rusa. Y no porque vayamos a encontrarnos frente a frente con las temibles medusas (por lo menos esa no ha sido nuestra experiencia) sino porque dependiendo del día, de la playa, del tiempo etc. el agua del mar puede contener más o menos concentración de restos casi microscópicos (en todo caso no visibles a simple vista) de lo que un día fueron estos seres.

Tras unos minutos de plácido baño, es habitual sentir en la piel pequeños “picotazos”, de mayor o menor intensidad. No son dolorosos pero sí molestos y  en la mayoría de los casos, no dejan marcas en la piel. Tampoco ocurre todo el tiempo, ni todos los días, ni en todas las playas, pero es imposible saberlo de antemano. En cualquier caso bañarse no supone ningún problema más allá de esas pequeñas “descargas eléctricas” a las que nos podríamos tener que enfrentar de forma ocasional.

El Rey es Dios y el toque de queda

Cuando el pasado 16 de octubre Bhumibol Adulyadej, rey de Tailandia desde 1946, pasó a mejor vida, el pueblo se quedó huérfano, privado de un “padre” que más que un rey, en Tailandia había casi alcanzado el estatus de figura divina.

Desde entonces el país está de luto. Todos los edificios públicos, empresas de cierto tamaño, museos, templos, centros comerciales, etc. exhiben a su entrada altares que muestran respeto por el Rey fallecido. Normalmente consisten en una foto del rey fallecido, crespones negros y flores frescas que se cambian cada mañana.

Además en las cercanías del Palacio Real de Bangkok es habitual ver grupos de personas completamente vestidas de negro que se acercan a la residencia del monarca con aire compungido y lastimero. Así que pocas bromas con Bhumibol, ya que cualquier falta de respeto puede conseguir que como mínimo pasemos una noche en la cárcel.

Distinta es la situación de su sucesor, Maha Vajiralongkorn, del que si bien también conviene guardarnos y no hacer bromas, no es querido por su pueblo. El motivo lo encontramos en un modo de vida excéntrico (no os perdáis cómo se presentó en Alemania) y un historial de matrimonios cuanto menos controvertido. Es el caso de su actual esposa, de la que se dice que está relacionada con el crimen organizado.

También es importante saber que desde 2006 los destinos de Tailandia están en manos de una Junta Militar, que tras el golpe de estado de ese mismo año, se mantiene en el poder con el visto bueno de la corona. Para el turista esto apenas si se nota, pero en determinados periodos no es del todo infrecuente que se declare un “toque de queda” que por ejemplo en el caso de Bangkok cierra todo tipo de espacios “visitables” a las tres de la tarde. Así que si vais este verano, os recomiendo madrugar.

Más transexuales que en ningún otro país del mundo

Una de las cosas más curiosas y divertidas del país es que en Tailandia cuesta distinguir en muchas ocasiones si la persona que nos está hablando es un hombre o una mujer, especialmente si son jóvenes.

En primer lugar para el ojo occidental los rasgos de muchos tailandeses pueden parecer bastante uniformes y aniñados. A esto se suma que muchos tailandeses jóvenes escogen una forma de vestir y peinarse descaradamente andrógina, que de forma deliberada se presta a confusión.

Pero además el factor transexual también tiene mucho protagonismo. Y es bastante normal que en cualquier establecimiento comercial (curiosamente de forma muy destacada en hoteles y restaurantes) quien nos atienda sea una mujer que está en el proceso (si no lo ha completado ya) de convertirse en hombre. Mucho menos habitual sin embargo es la situación inversa (hombres que se encuentran en su tránsito para llevar una vida completa como mujeres).

Esto convierte a Tailandia en uno de los países más abiertos del mundo para la comunidad homosexual y transexual y todo un ejemplo a seguir en el continente asiático.

Su Ley Antitabaco es más dura que la española

Al tener compañeros de viaje fumadores he podido comprobar de primera mano cómo fumar en Tailandia no es precisamente un camino de rosas. Como en España, en el país asiático no se puede fumar en bares, restaurantes, aeropuertos, hospitales, etc.

Pero además en muchos casos tampoco puede hacerse en espacios abiertos. Terrazas de restaurantes, parques, jardines, etc. son en muchas ocasiones espacios libres de humos. Al parecer no hay una norma estándar en este sentido, ya que algunos restaurantes sí dejan fumar en la terraza y otros lo prohíben por completo. Por lo tanto antes de encender un cigarrillo conviene preguntar primero.

Puedes llevarte un recuerdo a casa…pero es difícil encontrar algo original

La mayoría de las ciudades Tailandesas tienen enormes y estupendos mercados que pueden dejarnos boquiabiertos. Puestos de comida callejeros, gran cantidad de marcas falsificadas, algunas antigüdades, etc.

Sin embargo desde hace unos años los productos chinos lo han invadido prácticamente todo y al recorrer esos mercados no podemos evitar una sensación continua de dejá vu que se traduce en los mismos elefantes, pañuelos y “artesanía asiática” que podemos encontrar en España.

No quiere decir que no haya cosas sorprendentes e interesantes, pero por un lado no son fáciles de encontrar (recomiendo en este caso el mercado de los amuletos de Bangkok) y por otro, la mayoría de las veces son tan voluminosas o engorrosas de transportar que acabamos por no comprarlas. Puede ser un sitio interesante si queremos comprar ropa “pirateada” pero si queremos ir un poco más allá, es fácil sentirse decepcionado.

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Published by Rudy de Juana

Periodista, escritor, geek y aficionado al jazz. Profesionalmente me encontrarás en MuyComputerPro y MuySeguridad. De mis nuevos proyectos te hablo en rodolfodejuana.com

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