¿Tanto te molesta? Es la primera pregunta que me han hecho cuando han descubierto que me he dado de baja de Facebook. Que no quiero seguir leyendo lo que comparten mis amigos. Que no me interesan sus vidas a golpe de clic. Pero que no se me entienda mal. No me molesta Facebook. Nunca me ha supuesto un dolor de cabeza; nunca he discutido con nadie en esta red social ni me he preocupado excesivamente por la privacidad de mis datos.
¿Entonces? Me aburre. ¿Podría dar más explicaciones? Desde luego. Pero es tan fácil decir “Facebook me aburre” que ahora que lo escupen mis dedos, me resulta hasta liberador. Así que no más “Me gusta”, no más “Muro” y no más “Compartir”. Se acabó. C’est fini. it’s over.
¿Y ya está? Podría darte más explicaciones. Por favor. Es por el picor. ¿El picor?Seguro que a ti también te pasa. Es una especie de picor. Una sensación de incomodidad a la que al principio no das importancia. Un picor que se pasa rápido cuando te rascas. Pero que no tarda muchos días en volver. ¿Cómo cuando tienes alergia? Tal vez, aunque creo que es más sutil. Nunca te llega a molestar del todo. Pero tampoco te sientes completamente bien. ¿Comprendes? No. Me lo imaginaba.
¿Se te ha pasado el picor? No lo sé. Aparecía de vez en cuando. Pero sí, me siento mejor. Pero sigues usando Twitter. Me sigue interesando, aunque reconozco que cada vez menos. Y Pinterest. Pero es como ese primo lejano al que solo ves muy de vez en cuando. También te diste de alta en Instagram. Que no deja de ser el hermano tonto de Pinterest. Y por supuesto, tienes tu perfil en LinkedIn. Vale, llámame raro. Me gusta LinkedIn. No podría estar más contento. Ahora, si no tienes más preguntas, creo que es mejor dar por finalizada esta entrevista. Y si la compartes por Facebook, ¿Me avisas? ¡Claro! Genial.