Los medios impresos tienen fecha de caducidad. Hasta aquí, sin novedad en el frente. ¿Cuándo llegará esa caducidad? Según el analista de medios Alan Mutter, mucho antes de lo esperado. Según una investigación realizada en 2010 y repetida de nuevo en 2012, los medios impresos están envejeciendo a un ritmo vertiginoso. O para ser más claros, es la edad media de los lectores de noticias en papel la que está creciendo de forma dramática.
La primera investigación, realizada por Mutter en 2010, revelaba que el 51% de los americanos mayores de 45 años leían medios impresos a diario (periódicos vamos). La sorpresa mayúscula ha llegado cuando a principios de este año se ha repetido el estudio, descubriéndose que el porcentaje ha descendido hasta el 39%. Es decir, estamos hablando de una bajada de 11 puntos en sólo tres años.
¿Qué quiere decir esto? Que a medida que los lectores “mayores” fallecen, su espacio no es reemplazado por un lector más joven que entre a formar parte de estos grupos de edad. Este “joven” ya tiene hábitos adquiridos a la hora de informarse y como es de esperar, Internet y las redes sociales ocupan el lugar del viejo y romántico papel.
Si esta tendencia se mantiene, y de momento no hay razones para pensar que esto no vaya a pasar, descubriríamos como en el año 2022 ya no habrá ningún lector norteamericano mayor de 45 años que lea el periódico a diario. Pero dado que el grupo de mayores de 45 años representa actualmente la franja más alta de lectores en papel (el 79% según Mutter) estaríamos hablando de para ese año con toda seguridad nadie publicará periódicos de papel.
Y esta previsión es conservadora, ya que la progresión que hemos hecho es lineal (tres puntos por año), pero podría haber factores que acelerasen esta tendencia aún más. Casi me atrevería a decir que antes de 2020 ya no se imprimirán más diarios en papel.
¿Responsables? Internet, tablets y nuevos dispositivos. Basta pensar en las pantallas flexibles presentadas por Samsung en el CES de este año y como cada día está más cerca ese momento en el que podamos enrrollar nuestro tablet como si fuera un cucurucho de papel.